Cortinas se inflan de viento en esta casa de ventanas
Alojase aquí retoños de simpleza en rincones de habitaciones sucias
Un vacío permeable llena la casa de frío
Sobre todo lo que existe hay silencio, como una capa de tierra que se estaciona sobre libros
Alfombras, sillones, mesas
No pasa luz por hendijas abiertas, oxidado el piso y la cerradura
Roída de besos también me oxido.
A un paso de esta casa vieja encuéntrese un almendro seco
Una parra de uva verde
Y un plato en el piso
Camas de perros que no existen
Retratos de familias que desaparecen.
Soledad de campo, sombra de eucalipto
Silencio otoñal, púdrase ya de a pedazos mi carne
Como mis huesos en la tierra, llorando bajo almendras maduras.
Juliana Mandolesi
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