domingo, 23 de mayo de 2010

La literatura como ficción: concepto de intertextualidad



En general, los que trabajan con la literatura están de acuerdo en que es un discurso principalmente ficcional. Esto quiere decir que todo lo que leemos como literatura no tiene de un modo necesario referentes directos en el mundo real. Entre el autor y el lector se establece un pacto por el cual el texto literario no se produce ni se consume como “verdad”. La referencia que se construye en cada texto se lee, fundamentalmente en relación con él. Sin embargo, la literatura (que es ficción y no “mentira” o “fantasía”) es profundamente “verdadera”: su autenticidad pasa por reconocer sus procedimientos de construcción de lo ficcional para, desde allí, representar lo real.
Pero, además, ningún texto aparece aislado respecto de los demás. Cada texto literario, si bien es concluso en si mismo siempre tiene puntos de conexión con otros textos previos que, de alguna manera, ingresan en él.
Un autor no escribe su obra desde la nada, tiene modelos y antimodelos que por presencia o por ausencia, podemos ver reflejados en ella. Además, esa obra también puede ser pie para una respuesta por parte de otros textos.
Esta relación se denomina, en sentido amplio, intertextualidad.

sábado, 15 de mayo de 2010

Serpientes


La Serpiente sale de abajo de la cama, se arrastra pesadamente y avanza -temerosa y con cautela- la lengua venteando el aire en busca de olores.
Recorre la habitación, zigzagueante, explorando tenaz cada rincón como si fuera la primera vez que está ahí.
Al verla siente un vahído.
Piensa: "Dios mío, es enorme".
Y siente que de nuevo el terror lo golpea en el rostro como una cachetada luminosa, dejándolo aturdido y con la mente en blanco. Enceguecido.
No obstante, alcanza a darse cuenta de que con ésta ya son cinco veces que sueña con la Serpiente. Entonces le dan ganas de llorar porque sabe que va a morir: el reptil va a devorarlo, asfixiarlo con sus anillos, envenenarlo con su ponzoña.
Pero esta vez es diferente a las anteriores.
La Serpiente se mueve con torpeza y lentitud, como si de repente se hubiese quedado ciega o perdido el sentido de la orientación. ¿Será que tampoco sabe dónde está su víctima?
Toc.
La Serpiente choca con su cabezota contra los zócalos, permanece allí un rato como si estuviese en penitencia antes de proseguir su penosa marcha. Sin embargo, cada tanto padece repentinos accesos de cólera, raptos que electrifican su cuerpo voluminoso, envarándolo.
La Serpiente se sacude entonces como una manguera de incendios, se contorsiona, barre el suelo de izquierda a derecha volteando todos los muebles que encuentra a su paso. Pero así como viene esa furia se va pronto dejándola exánime por unos instantes. Inmóvil bajo la luz tenue, la Serpiente se parece a la pierna de una mujer, una larga pierna de mujer: una triste mujer exhausta envuelta en látex negro.

Sebastian Campanello

sábado, 8 de mayo de 2010

Casa de ventanas



Cortinas se inflan de viento en esta casa de ventanas
Alojase aquí retoños de simpleza en rincones de habitaciones sucias
Un vacío permeable llena la casa de frío
Sobre todo lo que existe hay silencio, como una capa de tierra que se estaciona sobre libros
Alfombras, sillones, mesas
No pasa luz por hendijas abiertas, oxidado el piso y la cerradura
Roída de besos también me oxido.
A un paso de esta casa vieja encuéntrese un almendro seco
Una parra de uva verde
Y un plato en el piso
Camas de perros que no existen
Retratos de familias que desaparecen.
Soledad de campo, sombra de eucalipto
Silencio otoñal, púdrase ya de a pedazos mi carne
Como mis huesos en la tierra, llorando bajo almendras maduras.

Juliana Mandolesi
Técnica-Expresión-Danza-Epifania

Las cuatro etapas del desarrollo artístico





Mi foto
Julio Recloux, escritor argentino, nació en Buenos Aires en 1965. Cursó estudios de psicología en la Universidad Nacional de Mar Del Plata y de Castellano, Literatura y Latín en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González. Ha sido alumno de Silvia Plager quien lo formó como escritor y coordinador de talleres literarios. Fundó el suyo en abril de 1999. Trabajó, más tarde, también, para la Secretaria de Cultura de la Nación, coordinando talleres en Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires. Estudió la psicología de Carl Jung y la obra de Joseph Campbell. Como narrador, ha publicado junto a Ana Quiroga y otros colegas en el 2004 el libro Cuentos al oído de Buenos Aires, editado por la Secretaria de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En el 2010, publicó la primera antología de su taller bajo el título: Confabulatores Nocturni. Luego, en 2012 Fantasías elementales y La maquinaria del atrapasueños (Ediciones Nueve Puntas). Actualmente dirige el sello Ediciones Nueve Puntas, escribe en la sección literaria de la revista Uno Mismo y trabaja con sus alumnos en forma privada dictando clases individuales y grupales.