Pleno
Al acecho,
en mi ríspida frontera
me erizó tu tenue geografía.
Escalé tus muros,
caminé tus calles
conocí el encanto
de las nieves de tus cumbres
reposé en tus valles,
horadé tus precipicios
nadé en sus vertientes
de cara al sol
me aferré a sus laderas.
Rozó tu paisaje el ansia
rugosa de mi piel gastada,
jugaba en tu nerviosa gramilla.
Agitada turbulencia del volcán
revelando despiadado
ardor de guerras futuras
en tus bélicas trincheras.
Y escalé los precipicios
desandé los valles
crucé cantando las cumbres,
bebí extasiado de tus nieves
paseé por tus calles incólumes.
Descendí los muros infinitos.
Llegué hasta tu puerta:
no la crucé…
Me quedé a vivir en tu comarca.
Marcelo Truffini
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