Los mitos y las leyendas están atravesados por la gramática del lenguaje simbólico. Para el psicoanálisis, estos relatos, tiene un valor análogo al de los sueños. Es decir, que son suceptibles de múltiples lecturas, que pueden revelar aspectos ocultos de la personalidad humana. El mito es una de la formas de la literatura y hay quien afirma que todas las piezas de ficción aspiran a convertirse en mitos, en la medida en que son manifestaciones reveladoras del inconciente.
El laberinto más famoso de la historia es el de Creta, en Grecia. Cuentan que el rey Minos quería ocultar al Minotauro, monstruo mitad toro, mitad hombre, fruto de la relación entre su esposa Pasifae y un toro blanco, y con ese fin lo mandó a construir aproximadamente en el segundo milenio antes de Cristo.
Dédalo, el más extraordinario inventor por aquellos tiempos, no tardó en concebir los planos que maravillarían al rey. En su construcción intervinieron centenares de hombres y muchos de ellos murieron durante la obra.
Cuenta la leyenda que el rey cretense intentó burlar a los dioses quedándose para si al singular toro blanco que debía dar en sacrificio a Poseidón. A cambio, entregó otro de menor rango. Curiosamente, con el tiempo, ese mismo toro blanco, despertaría en su esposa, una alocada pasión de la que nacería ese ser abominable que lo llenaría de humillación durante el resto de su vida.
Cabe mencionar que no son pocos los que ven en esta serie de hechos desafortunados una ironía de los dioses a quienes como todos saben no les gusta ser engañados por los hombres.
RAM 01 Literatura, arte y espiritualidad (la revista de nuestro taller)